Una actuación callejera visual y poética.
Un juguete mecánico de proporciones gigantescas. Este pájaro enorme se mueve por las calles, y vuelve a la vida gracias a sus acompañantes, estrecha el cuello y se asoma por las ventanas de varios pisos. Se acerca al suelo, observa al público a su alrededor y de repente empieza a dar vueltas, saltando como si estuviera haciendo un baile improvisado.
Los ruidos mecánicos amplificados y rítmicos se mezclan con el canto de los pájaros y forman parte del paisaje sonoro.
La estructura está estilizada de tal manera que se puede ver el mecanismo que produce los movimientos anatómicos del “muñeco".
Flamingo se puede presentar como imágen poética en un espacio urbano y lleva al público a una migración imaginaria.