Esta actuación se encuentra en el punto medio entre el humor y la actualidad.
En tiempos de migración y de necesidad de control se creó la refrescante actuación “Puesto de control Henry”, el puesto de control más pequeño del mundo.
Este terco freak del control está instalado en un festival con su delegación (que por casualidad es del tamaño de una caravana).
Henry recuerda a los visitantes las condiciones de su estancia: es una actuación llena de reglas de conducta positivas y a veces absurdas.
Por ejemplo, a través de un teatro de sombras les da un cursillo de inmigración a los paseantes, ilustra los códigos de conducta en su pequeña oficina y monta todo un espectáculo con su barrera absurdamente pequeña.
La idea es hacer que los visitantes salgan del puesto de control con una sonrisa y con un visado válido.

En el puesto mismo se producirán visados hechos a medida que se pueden sellar.
El puesto de control Henry es una actuación cómica realizada con un solo artista llena de fantasía e interacción.

La idea central es buscar el contacto con el público. Henry es el vínculo entre dos mundos: el mundo exterior y el del interior, entre “nosotros” y “ellos”.

Los artistas vienen de Belgica